Locura. Desesperación. Incomprensión.
Delirios de las noches que ya no paso contigo, ni contigo, ni con vosotros.
Delirios de pérdidas y desencuentros.
El cambio ha terminado por devorarnos a todos y ya no queda nada de lo que fuimos; solo la pequeña casa abandonada, los pintores que pasaban como cigüeñas en verano, las flores de plástico en aquel jardín.
Se aventuran sueños y desilusiones, pero, como siempre, saldremos adelante, abriéndonos paso entre la noche de terciopelo... el día no puede retrasarse mucho más.
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