lunes, 28 de septiembre de 2009

...(VII)

No sé qué decir, y no sé si sigo engañándole bajo esta risa nerviosa que no va a ningún lado.
No sé tampoco si tengo el valor suficiente. De admitírmelo, claro, (cobarde) admitírselo ya es otra historia.
Es la primera vez en mucho tiempo que me da miedo no ser lo que se espera. Que no me entienda. Que no sepa leer los subtítulos adecuados de todo este miedo escrito en otro idioma.
Dudo si esto va a ser exponencial al número de tormentas, o si va a multiplicarse conforme pasen los días y el frío.
He vuelto a leer a Neruda. Estaba ahí, entre Becquer y las "Narraciones extraordinarias" de Poe, lleno de polvo.
Y todas esas estúpidas cosas que pasan por mi estúpida cabeza en una estúpida y preciosa, preciosa tarde de otoño.

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